La casta, el pueblo y la soberbia infinita de un hombre que pudrió toda una oportunidad de cambio
Todos sabemos que la única habilidad de Vito Quiles es sacar de quicio a sus objetivos para que estallen contra él y, así, mostrar lo peor de ellos ante la opinión pública, deteriorando con ello la imagen de la izquierda. Algunos, como Gabriel Rufián, tienen la inteligencia y el temple para no caer en sus trampas. Otros, como Pablo Iglesias, simplemente tienen que ser ellos mismos, sin necesidad de que les saquen de sus casillas, para darle a Vito toda la carnaza que ansía. Por ejemplo aquí
La primera vez que sentí un profundo rechazo hacia Iglesias fue en un mitin que dio en la asamblea fundacional de Podemos, Vistalegre I. Al comenzar el discurso, dice al público "quiero plantearos un reto". La gente se ríe y, con el ceño muy fruncido, les regaña diciéndoles "no os riais". Seguidamente dice "os reto a no aplaudirme durante toda mi intervención". En ese momento concluí que alguien con una soberbia y un ego tan descomunales ("sé que soy la repanocha, el no va más, Dios encarnado, y por eso sé que es casi imposible resistirse a mis encantos y no adorarme...pero os reto a ello") no podía liderar nada. Porque el respeto a tus conciudadanos, el sentirte un igual y no una suerte de mesías semidivino, es clave no sólo para el buen gobierno, sino para la imprescindible conexión emocional entre representante y cuerpo electoral que requiere todo triunfo electoral.
Muchos años después Podemos está reducido a la marginalidad. Alguien me dirá que las cloacas del Estado tuvieron mucho que ver en esta debacle. Y es innegable, al igual que es innegable que Vito Quiles usará todas las argucias a su alcance para destrozar la imagen de cualquier político de izquierdas. Ahora bien, el político puede resistirse con todas sus fuerzas y combatir esos envites con ejemplaridad...o hacer todo lo posible por ayudar a sus enemigos a destrozar su partido. Iglesias, con su infinita soberbia, su prepotencia repelente y su caciquismo cortijero, fue el mejor aliado de la derecha para destruir Podemos y dejarlo en ruinas.
Fueron claves las purgas contra todo aquel que discrepase lo más mínimo de la línea oficial marcada por Iglesias, la reducción de la dirección del partido a la consorte del líder y un grupo de aduladores dispuestos a decirle que es de noche mientras brilla el sol con tal de mantener el sueldo oficial...y la profunda antipatía que causan tantas declaraciones públicas de Iglesias llenas de desdén, presuntuosidad, delirios de grandeza y ofensas a todo quien no le baile el agua. Declaraciones que son hirientes y hieden tanto en las formas como en el fondo. El último ejemplo lo tenemos en su alarde ante Quiles: tú eres pobre, yo soy rico. Yo como en restaurantes de lujo que no te puedes permitir y me puedo alquilar una sala VIP del aeropuerto. Anda, proletario, dame tu bizum y te hago una transferencia, que me sobra la pasta y me das pena.
Este mensaje de Iglesias es triplemente repugnante. En primer lugar, porque muestra que el ego le ha vuelto idiota. A mí me parece obvio que Quiles tiene que ser rico. Ahora mismo es la cara visible de élites empresariales que sueñan con un neofranquismo donde su capacidad para acaparar riqueza y explotar a los trabajadores sea tan inmensa como en los años 50 del siglo pasado. Y eso se paga. Llamarle pobretón en lugar de reprocharle que se esté haciendo de oro a costa de contribuir a la destrucción del Estado social, es propio de un idiota ciego de vanidad.
En segundo lugar porque el discurso de la ultraderecha, hoy en día, se centra en que la izquierda es casta comegambas que vive como Dios mientras el pueblo no puede pagar el alquiler. Al llamar pobretón a Quiles y alardear de tu sala VIP, confirmas el mensaje de que él es pueblo y tú casta. Y no nos vengas con la falacia de "es que exigís a los políticos de izquierdas que seamos pobres de solemnidad". Pobres no, clase media, que vive con sus necesidades cubiertas pero sin lujos propios de nuevos ricos repelentes.
Ello aparte de que sólo los idiotas de autoestima enferma se gastan el dinero en lujos (como salas VIPs o restaurantes exclusivos) cuyo precio es enorme y cuya principal "utilidad" es el alarde, esto es, el poder "sentirte orgulloso" de que te has gastado 2000 euros en una botella de champán que, en la práctica, no sabe mucho mejor que una normal. Como si el mono mascota de un millonario no pudiese beber ese champán si su dueño se lo sirve...sin dejar por ello de ser un mono. Sólo un estúpido se gasta el dinero/se siente superior por estas cosas. Un estúpido que, por supuesto, carece de la menor empatía hacia la gente que lo pasa mal, pues prefiere despilfarrar de la forma más obtusa el dinero antes que usarlo para apoyarles. Una ausencia total de empatía incompatible con el compromiso social inherente a todo político de izquierdas que lo sea realmente.
En tercer lugar, hay otro factor que genera un especial asco ante el discurso de Iglesias. Y es que, antes de meterse en política, era un profesor asociado que ganaba menos de 1000 euros, aparte de su pequeño sueldo en Fort Apache. Y gracias a la política, sólo gracias a la política, se ha hecho de oro. Es un nuevo rico que ha usado el partido no sólo para embolsarse los suculentos sueldos de los cargos públicos que ocupó junto a su enchufada mujer, sino para aprovecharse de la estructura de Podemos y de la influencia obtenida para sus incontables crownfundings y suscripciones (para montar Canal Red, para abrir la sucursal latinoamericana de Canal Red, para la Garibaldi...) que le permiten estar forrado, dicho sea de paso en un contexto de absoluta opacidad respecto de sus actividades mercantiles https://www.meneame.net/story/doble-demagogia-sobre-colegio-hijos-pablo-iglesias-cuentas-canal
Si pides dinero a los ciudadanos para un proyecto, por muy "vinculado a la lucha política" que estuviese, debes hacerlo solamente si te resulta imposible cubrirlo con tu patrimonio. En tal caso, debes tratar cada euro recibido como un tesoro, porque te lo están dando personas que seguramente lo necesitaban para llegar a fin de mes pero creían en ti. Alardear en tal contexto de que disfrutas de salas VIP y restaurantes de lujo gracias a los beneficios que has obtenido de esos proyectos financiados sacrificada y desinteresadamente por gente de clase trabajadora, es absolutamente repulsivo. Y solamente un ególatra sin alma sería incapaz de darse cuenta de ello. Un ególatra que desprecia al pueblo, y que por ello es incapaz de obtener un apoyo popular que alcance siquiera el 5%. Ni él ni su clon femenino que actualmente controla (es un decir) el partido. Con estos enemigos, ser Vito Quiles está chupado.
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